Las características de esta vendimia marcarán un antes y un después en la comercialización del vino en España. Marcadas por la condiciones climatológicas adversas y por el escaso rendimiento del viñedo en algunas de las zonas más importantes de España, 2017 será recordada por la escasez de lluvias, las heladas de finales de abril o el granizo en algunas regiones cuando la viña acababa de brotar. Un año difícil en el campo que se terminó materializando en una de las vendimias más tempranas que se recuerdan y en la reducción generalizada de los rendimientos.
Algunas zonas importantes como Rioja o Ribera del Duero, Navarra o Rueda han visto sus producciones reducidas entre un 40 y un 60%. Salvadas eso sí por una muy buena calidad generalizada que sirve de consuelo a los viticulores y bodegas. Si es que esto sirve de consuelo…
Lamentablemente la consecuencia generalizada es que no se harán muchos de los grandes vinos en esta añada, en pos de poder cubrir la producción aquellos vinos de gamas más accesibles que son más demandados por el mercado.
Esta bajada de rendimientos nos traerá otra consucuencia no tan agradable para el consumidor. Más aún en un momento de gran auge del sector, tanto en reconocimiento como en consumo. Esta no es otra que la subida generalizada de precios que se estima alrededor de un 5%, y que será tendencia en todas la bodegas españolas y europeas durante 2018.
El mercado se aprieta. Han sufrido y van a sufrir mucho aquellos productores de vino que dependen masivamente de comprar la uva, ya que el precio se ha puesto por las nubes. La demanda ha sido muy fuerte. Más en un momento de gran aumento en el consumo de blancos y rosados, y con un consumo estable en tintos en general.
Así que preparados todos para pagar más por lo vinos y empezar de una vez por todas a entender que las cartas de vinos deben de dejar de ser tan estáticas. Y que si queremos mantener una oferta de vinos de calidad debemos diseñar ofertas rotativas donde los vinos buenos se acaban y además suben de precio.
No es mal momento para poner más en valor nuestros productos y defender que la calidad es escasa. De manera destacacda en esta bebida, condicionada por las añadas y sus características. Algo de lo que en este país todavía no somos conscientes del todo.
Bueno… Felices vinos para 2018 y veremos qué nos depara la tan esperada añada 2017. ¡Feliz año nuevo!
P.D.: Como dice un productor amigo: «¿Sabes que los vinos van a subir todos a partir del 1 de enero, verdad? Pero lo mejor de todo es que ya no van a volver a bajar… Jejejeje»
