El lunes 26 de noviembre llegó a Canarias la enóloga gaditana Verónica Ortega, en su primera visita al archipiélago desde que incluyéramos sus vinos en catálogo. Estuvo a punto de asistir el pasado junio a nuestro Tasting Room 2017 pero un problema de última hora lo impidió. Teníamos muchas ganas de recibirle y tener la oportunidad de catar y comentar con ella sus cuatro referencias bercianas, unos vinos muy personales que no sólo reflejan el terroir de sus viñedos de Valtuille, sino también su carácter elegante y calmado.
Asentada en este pueblo del Bierzo, cada vez más reconocido a nivel internacional, Verónica hace una interpretación fantástica de la Mencía y la Godello, que mezcla de manera minoritaria con algunas otras variedades como la Doña Blanca o la Palomino. Una de sus particularidades más destacadas es el uso de las tinajas para criar sus vinos. Pero mejor que lo cuente ella en esta entrevista que tuve la oportunidad de hacerle en nuestro almacén.
C.- Nombres y proyectos muy importantes se han asentado en Valtuille. Si miras hacia atrás… ¿Qué es lo más positivo y cuál es tu mayor preocupación por la zona?
V.- La más positivo es precisamente eso, que cada vez se hace más vino bueno por allí. Está viniendo gente muy interesante y los vinos del Bierzo están posicionándose cada vez mejor. Preocupación, pues que a pesar de que se está recuperando viñedo viejo también hay mucho viñedo que se está abandonando porque la gente en la zona es cada vez más mayor… Pero afortunadamente como se está moviendo cada vez más el Bierzo, está comenzando a llegar gente joven y se están decidiendo por trabajar y recuperar mucho viñedo.
C.- Quizá también el clima cambiante que padecemos. Las heladas acaecidas en esta última añada han afectado… No es algo frecuente en la zona. ¿O sí?
V.- No. No recordaban una helada como esta última desde 1996. Es una zona que relativamente ha sido siempre de vendimias sanas. Pero eso no está en nuestra mano, no podemos hacer nada. Es cierto que el clima se está volviendo cada vez más extremo. Lluvias torrenciales, golpes de calor… Un verano que se alarga casi hasta finales de octubre. Dicen que son ciclos y el Bierzo dentro de lo que cabe siempre ha sido una zona que no ha sufrido mucho estos cambios. La cercanía del Atlántico también ayuda a suavizar esta inestabilidad.
C.- ¿Qué aporta la crianza en tinaja a tus vinos, por qué apuestas por ella?
V.- En Cádiz los fenicios ya hacían vino en tinaja y en muchas zonas ha sido una cuestión cultural. Teniendo en cuenta que ahora hay una tendencia mundial del consumo de vino que nos lleva a vinos más bebiles con menos carga de madera, es una herramienta útil para conseguir que los vinos se vayan afinando y se vayan criando sin tener esa cesión de sabores. Pero la madera yo la considero necesaria e importantísima. Para vinos de un determinado perfil. Yo la utilizo mucho en ensamblaje porque considero que la madera aporta muchísimo. No quiero nunca que la madera esté por encima del vino. La tinaja lo interesante que tiene es que no aporta nada. Pero no es un material inerte como el acero. El material respira, el vino se va afinando, se produce una oxigenación que preserva mucho más el carácter que trae del suelo. Es dejar al desnudo ese perfil que traes. La madera maquilla y endulza los vinos y estás aportando otras cosas que no vienen de la uva.
C.- Tu interpretación de la mencía y la godello. ¿Qué mensaje reciben del Bierzo quienes prueben tus vinos?
V.- Yo intento precisamente eso, que transmitan la zona. Intento que transmitan el suelo, el clima, la añada… Pero sobre todo que mantengan ese sello de los vinos del Bierzo. Vinos francos, frescos, bebibles, elegantes, con un corte atlántico… Y que reflejen nuestro trabajo respetuoso. Luego es verdad que la mencía es una variedad muy versátil. El ejemplo está en que mis cuatro vinos son muy diferentes. Dependiendo de cómo los trabajes se va a notar claramente, puedes sacar perfiles de vinos muy distintos y eso también es un aliciente.
C.- Haciendo un repaso a tu trayectoria: Jerez, Priorat, Nueva Zelanda, Borgoña, Valtuille… ¿Dónde te gustaría elaborar vino en el futuro?
V.- A mi me encanta Galicia. Me encantan los vinos del noroeste español. Me gustaría mucho hacer un albariño en Rías Baixas. Y los tintos, que hay muchas variedades autóctonas con las que hacer grandes vinos. Pero igual mi asignatura pendiente es Jerez. Soy de allí y soy una enamorada de sus vinos… Espero algún día hacer algo por Jerez. De todas maneras ando todavía liada con esto y mi prioridad es terminar de asentarme en Bierzo y hacer cada vez más sólido mi proyecto.
Esta última pregunta pareció sorprender un poco a la enóloga. Le hizo pensar durante unos segundos la respuesta… Y cuando dijo eso de «espero algún día hacer algo por Jerez», me pareció ver un brillo especial en sus ojos, cierta emoción. Les dejo ahora un breve vídeo que recoge lo que fue una de sus catas realizadas en Canarias en estos días. No dejen de probar sus vinos si aún no lo han hecho. Vinazos singulares muy personales.
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