Una pregunta que siempre vuelve. La «penúltima» vez, realizada por una amiga que nos visitó recientemente. Que se une a las quejas puntuales que recibimos y los «cuchicheos» que notamos en clientes que no entienden esa dichosa palabra. Un concepto que no hemos inventado nosotros. En este artículo intentaré explicar esto del descorche.
Llegas a nuestra casa, a cualquiera de nuestras vinotecas, todo está limpio, luces encendidas, maquinaria en marcha y el personal de cocina y sala prestos para recibirte. Antes de entrar, ración de gel hidroalcohólico para todos. Por cuenta de la casa.
Tienes a tu disposición tu mesa. Limpia, cómoda, se oye de fondo una buena selección músical… ¡Qué guay este sitio! Tenemos los vinos fríos o los enfriamos para ti al momento. Disfrutas de tus vinos y otras bebidas en la mejor cristalería del mundo: Riedel. Nuestro equipo se ha formado para explicártelo todo, hacerte la experiencia más completa y asesorarte sobre su maridaje y demás cosas que necesites.
Si quieres te pongo una cubitera con hielo e incluso si no te terminas la botella te damos hasta una bolsa para que lo acabes en casa. Por supuesto puedes usar nuestros baños y hay papel y jabón y deben estar siempre limpios e higienizados.
¡Y no hablemos de los impuestos que pagamos por hacer todo eso posible! En definitiva: creo que hasta poco cobramos en los restaurantes, por hacer todo eso y encima hacerte feliz.
Cada vez estoy más convencido de que la hostelería está infravalorada y que es un sector de primera necesidad para nuestro tejido social. Que debemos poner en valor por el bien de nuestros camareros. ¡Benditos camareros!
Y si tras explicar todo esto, sigues sin entender en qué consiste el descorche, por supuesto tienes la opción es comprar la botella y disfrutarla en casa. Que siempre saldrá más barato.
Puedes leer más acerca de este tema en otro artículo que publicamos hace un tiempo.