Fue en 2014 cuando en la mente de un grupo de profesionales del vino (unos, otros meros aficionados con opinión) decidieron hacer una revista gratuita, digital, donde poner muchos puntos sobre muchas íes. Muchos peros. Decidieron hablar sobre vino sin tapujos, sin condicionamientos, poniendo el dedo en la llaga. Por eso la revista fue gratuita y por eso en su concepción jamás admitirían publicidad. Un grupo de gente que sin temor a no poder sacar un número al mes, cuando fueron conscientes del trabajo que aquello conllevaba, trabajaron para sacar adelante ocho publicaciones. No más. Ocho números en más ocho meses de trabajo. Hasta que uno de ellos, que bajo pseudónimo se hacía llamar del mismo modo que la revista (Rooster Cogburn) decidió que aquello se acababa. Y se acabó.
Tras la desaparición de la revista, queda este blog que siguen actualizando.