El mundo ofrece demasiados vinos como para beber siempre lo mismo. Una vida no es suficiente para probarlo ni conocerlo todo. Ni siquiera una ínfima parte. Esto es algo que muchos Vinófilos sabemos pero que de vez en cuando debemos recordar. Para darnos ese baño de humildad que a menudo nos hace falta. Para poner los pies en la tierra del vino, nunca mejor dicho.
Son vinos realmente a descubrir, si salimos de los vinos más dulzones de calidad media que se producen en bastante cantidad, nos encontramos con vinos secos de terroir fantásticos, minerales y complejos con buena capacidad de guarda. Si queremos vinos dulces son de libro sus “Vendimías tardías” y selección de granos nobles y si buscamos burbujas desde el ‘Crémant’ básico y comercial a espumosos de alto nivel. Todo ello apoyado por lo que se ve detrás: unión de productores, apoyo institucional, restauradores comprometidos y mucha fiesta del vino. ¡Hemos encontrado más de 15 fiestas de vino en estos días! Y las que continuaban organizándose. Vamos, increíble. Llevemos a nuestros productores, agricultores y políticos a ver este modelo. Aunque claro, allí hay más de 500 años de cultura e historia vitivinícola ininterrumpida.