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Una de las primeras reflexiones que podemos hacer sobre bodegas como esta es que es curioso pensar en el gran peso como marca que tiene Abadía Retuerta en el sector, con “tan solo” 25 años de trayectoria. ¿Cómo es posible esto? Es fácil de entender, aunque se debe a un entramado de circunstancias que no son tan sencillas de conseguir en tan poco tiempo.

Abadía Retuerta es una apuesta muy fuerte de un grupo empresarial que se ha ocupado no solo de construir en 1996 una bodega que es un auténtico referente por su diseño estético (integrado perfectamente en un lugar único como este) y por su funcionalidad en los procesos de vinificación. Sino también de reconstruir una de las edificaciones tardorrománicas más importantes de la historia de nuestro país, datada en el Siglo XII: la Abadía de Santa María de Retuerta. Hoy un gran hotel que tiene además en su interior fantásticos restaurantes gastronómicos, destacando “El Refectorio” (1 estrella Michelin)

Diversos documentos históricos encontrados demuestran que estos terrenos, ubicados en el margen izquierdo del Río Duero, fueron dedicados durante todos estos siglos al cultivo de la vid (entre otros muchos alimentos de primera necesidad) por los monjes que habitaban la Abadía. Y es que estamos hablando de lo que hoy por hoy se conoce como la “milla de oro” de la Ribera del Duero. Una de las grandes zonas de nuestro país para el viñedo y la elaboración de vinos, donde se embotellan muchas de las grandes marcas de reconocido prestigio internacional. Una gran historia y un terreno único. Había que aprovechar estas condiciones.

Para poner esto en marcha de manera definitiva hacía falta un estratega que diseñara y coordinara los brazos y las mentes que trabajarían en la nueva bodega. Y esta parte fue encargada a uno de los grandes nombres de la enología mundial: Pascal Delbeck. El hombre que dijo “no” al heredero del billonario Paul Getty en California, donde quería elaborar un gran merlot que Pascal consideró un proyecto imposible (“…y no era yo, era la naturaleza quien se negaba. Y es que de eso se trata en la vida: de aprender a ser quién eres”) El hombre que puso una gotita de Château Ausone del 70 en los labios de su hija a los tres días de nacer y que 30 años después trabaja junto a su padre haciendo vinos. Ese hombre, dijo “sí” a Joan Josep Abo, fundador de Abadía Retuerta.

Delbeck llegó a Sardón de Duero para asesorar en la creación y el desarrollo del proyecto, pero necesitaba a una mano derecha que trabajara a diario, un enólogo de confianza con el que hacer realidad este gran plan. Por aquella época conoció a Ángel Anocíbar, un navarro de gran talento que había sido el estudiante más destacado de la Escuela de la Vid en Madrid, ganándose la posibilidad de estudiar enología en Burdeos, donde compatibilizó la investigación con trabajos en bodegas. Así estuvo en la zona de Entre-Deux-Mers y en Château Calon-Ségur hasta que llegó Pascal y le invitó a formar parte de su equipo.

Ya son 25 años de trabajo de Anocíbar en viñas, bodega e I+D. Un estudio climático puntero y el haber vinificado cada parcela siempre por separado, son herramientas que aportan un conocimiento fantástico del desarrollo de las labores de campo y por tanto ayuda a la toma de decisiones en bodega. En todos estos años, decenas de premios, reconocimientos y altas puntuaciones en las grandes guías nacionales e internacionales.

Por tanto y para ir concluyendo: Historia, clima y terrenos únicos, además de la suma de grandes nombres que han sabido, en tan solo 25 años, convertir el proyecto Abadía Retuerta en una de las grandes y más prestigiosas marcas de nuestro país, que tenemos el placer de representar en Vinófilos.

Tempranillo, Syrah, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot en tintas. Sauvignon Blanc y Verdejo en blancas. Son las variedades que se cultivan en las hectáreas de terreno perfectamente parceladas en esta bodega vallisoletana. Con ellas se elaboran grandes vinos que tienes disponibles en nuestro catálogo y que como Vinófil@ de pro tienes que conocer.