Este lunes 18 de febrero de 2019 celebramos un evento en el que volvimos a unir a las tres partes fundamentales del sector: Elaborador, vino y cliente, pero de un modo diferente. Lo llamamos «Cata a Seis» porque en esta ocasión convocamos a seis enólogos que llegaron a Canarias, como siempre con gran entusiasmo y las inagotables ganas de contar sus proyectos y novedades, pero para entender mejor en qué consistió lo que hicimos ayer debemos describirlo como una ‘cata circular’.
Seis enólogos, seis mesas y 90 minutos por delante. Unos 120 asistentes repartidos en dos turnos de mañana y tarde. Clientes que llegaban y ocupaban su lugar en una de las mesas por las que en catas de 15 minutos pasarían todos y cada uno de los bodegueros para explicar brevemente sus proyectos y luego probar y comentar cada vino. Un formato que se aleja de los inconvenientes de los eventos multitudinarios en los que al final el ejercicio de la cata se vuelve menos personal y en algunos casos hasta inaccesible. Una idea de cata cómoda y dinámica en la que al final has probado todos los vinos presentes y hablado con todos y cada uno de los bodegueros.
El feedback recibido a la finalización del acto como en las horas posteriores ha sido increíble. Tanto los enólogos como el público muestran su satisfacción. No hay como probar un vino con la persona que más y mejor lo siente, lo entiende y lo explica. De este modo pudimos conocer las garnachas fluidas y elegantes de Jiménez-Landi en Méntrida, los albariños atlánticos y el Xabre de altitud de Eulogio Pomares, las múltiples variedades autóctonas de Ribeiro elaboradas por Xose Lois Sebio, la Palomino y la Tintilla de Rota de Willy Pérez, el amplísimo abanico de sutilezas que muestran los vinos de Josep Serra en Montsant y Terra Alta y los potentes y frutales Riberas de viñedo viejo de Francisco Barona. Este formato de ‘Cata Circular’ dará juego a muchas cosas. Un evento en el que tanto enólogos como asistentes aprenden, disfrutan y trabajan.
