Maite Corsín es una conocida consultora experta en estrategias de comunicación y marketing en el mundo del vino. Su trayectoria profesional de más de 18 años de experiencia la convierten en una voz autorizada en el sector para hablar de proyectos, marcas, etiquetas, packaging, mercados, precios… etc. Puedes conocer muchisimo más sobre ella en su web: www.maitecorsin.com Ayer en sus redes sociales compartió una reflexión acerca de la «zona de confort» a la que también en el sector del vino recurren muchos consumidores para garantizar el teórico éxito (entendiento como éxito que un producto guste a casi todo el mundo) y a sentirse de algún modo «protegidos» por la apuesta segura. Ese consumidor medio que alguna vez se atreve a salirse un poco de lo común optando por etiquetas llamativas, preciosistas, de diseño muy trabajado, que consigan un impacto de mayor estilo a la hora de realizar un regalo o llevar un detalle a casa de alguien que te invita a comer o cenar. Pero como dice Corsín «ese órdago se echa un día» y luego la tendencia es a recurrir un poco a lo de siempre. A los vinos de perfil más comercial, económico. Más de lineal de supermercado.