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Vinos en lineal de supermercado
Maite Corsín es una conocida consultora experta en estrategias de comunicación y marketing en el mundo del vino. Su trayectoria profesional de más de 18 años de experiencia la convierten en una voz autorizada en el sector para hablar de proyectos, marcas, etiquetas, packaging, mercados, precios… etc. Puedes conocer muchisimo más sobre ella en su web: www.maitecorsin.com

Ayer en sus redes sociales compartió una reflexión acerca de la «zona de confort» a la que también en el sector del vino recurren muchos consumidores para garantizar el teórico éxito (entendiento como éxito que un producto guste a casi todo el mundo) y a sentirse de algún modo «protegidos» por la apuesta segura. Ese consumidor medio que alguna vez se atreve a salirse un poco de lo común optando por etiquetas llamativas, preciosistas, de diseño muy trabajado, que consigan un impacto de mayor estilo a la hora de realizar un regalo o llevar un detalle a casa de alguien que te invita a comer o cenar. Pero como dice Corsín «ese órdago se echa un día» y luego la tendencia es a recurrir un poco a lo de siempre. A los vinos de perfil más comercial, económico. Más de lineal de supermercado. 

Esto acaba provocando un efecto dominó hasta en aquellos negocios arriesgados, enotecas modernas que abrieron con la «firme convicción» de ofrecer un catálogo diferente, de vinos originales, llegados de un sin fín de orígenes más allá del Rioja-Ribera, que con el tiempo y con una buena tabla de Excel acaban comprobando que lo que más se vende, lo que da dinero al negocio es el A+B+C. El vino comercial, a precio bajo, que no salga de esos estándares de paladar bien estudiados por las grandes bodegas.

Como dice esta experta «Quien sepa desentrañar el ritual y convertirlo en sagrado, ponerle nombre y palabras seguras, venderá». 

Coincidimos al 100% en este planteamiento que Maite Corsín compartió con sus seguidores en el día de ayer porque además refleja exactamente nuestra filosofía. En nuestro catálogo tenemos de todo y también somos una empresa que necesita de la estabilidad de las ventas para poder crecer. Pero lo hacemos con la idea clara de romper con las limitaciones y hacer todo lo posible por conseguir abrir la mente de consumidores y hosteleros. De evangelizar sin descanso a nuestros clientes en el precepto de que vino bueno hay en todos lados, más allá de la zona de confort. Sólo hay que reunir el valor necesario, dejar paso a la curiosidad creciente en los auténticos Vinófilos, y tirarse al vacío. Un vacío que, dejándose asesorar, tiene muchos menos peligros de los esperados. 

Que viva el vino, venga de donde venga. Sal de tu zona de confort y atrévete a probar vinos diferentes.