Si lo viera tu abuelo…

En el año 1995 el gran Robert Parker probó Viña El Pisón y le otorgó una puntuación de 99+. No fueron 100 puntos porque (y esto dice Juan Carlos López de Lacalle que está escrito por el crítico norteamericano) no sabía “quiénes eran éstos de Artadi”.

Una bodega fundada por un grupo de viticultores de Laguardia, casi una cooperativa, de la que la familia Lacalle y Laorden tomó el timón en el año 1992. Sólo tres años después, llega a manos de Parker una botella de El Pisón y tras catarlo le pareció que aquel era un vino prácticamente perfecto.

Imagen antigua de la Viña El Pisón

La Viña El Pisón es un terreno de 2,4 hectáreas de la que Juan Carlos confiesa que en 1991 “no teníamos ni idea de qué podría salir de allí”. Pero este viñedo ha sido siempre una parcela muy especial que conecta a López de Lacalle con el recuerdo de su abuelo materno. No puede evitar emocionarse al hablar de quien le enseñó a leer y a escribir y le transmitió la pasión por sus tierras. De la figura de aquel anciano que nunca pudo siquiera imaginar que de aquella parcela, y durante tantos años, saldría un vino que se convertiría en un mito a nivel nacional e internacional.

Los vinos de Artadi pasaron a ser uno de esos objetivos que los grandes especialistas de todo el planeta quieren probar año tras año. Ediciones limitadas que se distribuyen por cupos y que viajan por el mundo como fieles representantes de una zona única en nuestro país que en Vinófilos admiramos desde siempre: la Rioja Alavesa.

Esta semana, tanto en Tenerife como en Gran Canaria, hemos tenido el honor y el placer de recibir a Juan Carlos López de Lacalle para compartir con él y con un grupo de más de 60 profesionales del archipiélago algunos de sus vinos. Unos eventos que quedarán grabados para siempre en la memoria y en los paladares de quienes tuvimos la fortuna de asistir, precisamente porque el colofón de estas catas era probar ni más ni menos que su Viña El Pisón.

Probamos un total de ocho vinos provenientes de sus tres proyectos (Artadi (Rioja Alavesa) Artazu (Navarra) y El Sequé (Alicante)) que catamos en el siguiente orden: Viñas de Gaín Blanco, Santa Cruz de Artazu Blanco , Viñas de Gaín Tinto, Pasos de San Martín, El Sequé, Artadi Valdeginés y Viña El Pisón. Terminando con un brindis conjunto con una copa de Izar-Leku, un espumoso cuyo vino base es un Txakoli.

Imagen de los vinos de las catas de Artadi, Artazu y El Sequé organizadas este mes de julio en Canarias

Un fantástico viaje de monovarietales de Viura y Garnacha Blanca y Tinta, pasando por la Monastrell para acabar con esa mágica Tempranillo de las parcelas de Valdeginés y El Pisón que trascienden al propio vino. Son en si mismos una experiencia única.

Si existe un factor común entre los vinos de López de Lacalle es la energía. En ellos puedes percibir, guiado por el enólogo durante la cata, cómo se muestra perfectamente la estructura, el esqueleto de cada vino, en función del suelo del que proviene. Así como de la influencia de la añada condicionando los perfiles varietales, como quien modula el ecualizador de un equipo de sonido de alta fidelidad para modificar los bajos, los agudos, el sonido de la percusión o el de los instrumentos de viento.

Juan Carlos en la cata que tuvo lugar en Gran Canaria

Vinos de pueblo, elaborados por una familia que sabe transmitir la pasión y la emoción que ponen en todo lo que hacen. Todavía hoy, nos cuenta Juan Carlos, su madre (que tiene ya 88 años) le pide ir de vez en cuando a ver los viñedos. Especialmente El Pisón. Cada vez que le cuentan las grandes críticas y las altas puntuaciones obtenidas por los vinos de su casa, recuerda a su padre. Y cuando recorre las viñas con la ayuda de su bastón suspira junto a su hijo: “Ay, si lo viera tu abuelo…”