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Vinófilos
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Y nos fuimos a La Palma.

El pasado sábado 13 de enero, de buena mañana aterrizamos en la isla bonita. Un encuentro entre profesionales de Vinófilos Tenerife y Gran Canaria.

Ya en el aeropuerto empezaron los primeros abrazos, presentaciones entre veteranos y recién incorporados, intercambio de fotos de hijos, coincidencias en gustos musicales, de saber de trabajos anteriores. En definitiva, momento de mirarnos a los ojos.

Las primeras risas, sonrisas y amplias carcajadas. Tiempo inicial para achucharnos y así cohesionarnos. Notar el sentimiento de pertenencia, sentido de tribu.

Hubo también tiempo para impactarnos con el desolador paisaje que dejó el Tajogaite, las  bellas dunas de ceniza, así como aún el tufillo de azufre. Naturaleza pura y paseo que nos abrió el apetito.

Y cómo nos supo y disfrutamos  del  delicioso picnic tras la caminata. La estrella fue por supuesto el mojo palmero y el queso ahumado, regado como no podía ser de otra manera, de la tendencia ideal para estas ocasiones. La que nos permite la comodidad del vino en lata de Can-vi y Shania.

Y cayó la noche, tiempo de ocio, de seguir con la buena conversación, de compartir anhelos y frustaciones, de salseo e incluso algo de sano cotilleo. Y de salir a la pista de baile, de desfogue, de arreglar el mundo con previamente una (varias en honor a la verdad) buenas copa de vino y un comistraje típico de la zona.

Domingo 14, la frase más oído entre habitaciones era “lo que pasa en La Palma, se queda en La Palma”. El buen rollo y el ambiente distendido era la tónica. Y estábamos listos para una visita muy ilusionante Bodega Viñarda.

La subida de acceso a la misma es muy empinada, la altura ya nos hace presagiar unos vinos frescos, ácidos y longevos, de los que ya somos buenos conocedores y que nos han ganado el corazón. Un paisaje donde el mar de nubes es una auténtica belleza.

Y va, y nos recibe un León.

Pero uno menudo, rubiales, y sobre los hombros de su padre. El hijo de David y María, propietarios, y que haciendo honor a su nombre, fue el auténtico rey de su territorio. Siendo todos perfectos cicerones y anfitriones. La pasión por éste, su proyecto personal la transmiten en cada una de sus palabras con ese hipnotizante, dulce y cantarín acento. Compartiendo con nosotros su lucha diaria, las inclemencias del tiempo, incendios y volcán. Imposible no empatizar.

La finca es todo un espectáculo para los sentidos, cuando la caminas, subes y bajas el terreno escarpado, aprecias la dureza y el sacrificio que hay en cada botella y das la importancia que merece el lujazo de vinos que se obtiene. Viñas antiquísimas, de más de doscientos años lo inundan todo. Gruesas, sólidas, solemnes.

A ver quién se atreve ahora a cuestionar el  precio de estas joyas.

Aprendimos curiosidades tales como, que aquella florecilla diminuta y amarilla, que brota al borde de las viñas, es  la caléndula llamada también la hierba de los podadores, por su poder calmante y cicatrizante en las posibles heridas al realizar esta acción.

Fuimos afortunados, al probar el vino aún “sucio”, el tinto varietal, el ecológico  y el ancestral Mulato, directo de los depósitos de acero y comprobar que es un alimento  vivo y  cómo evoluciona y gana en matices, hasta el producto final. Aquel que nos llega a la mesa y nos enriquece comidas y momentos.

Podríamos llenar líneas y más líneas. Pero sabes que…prueba y llámanos mentirosos.

Autor: Virginia Arencibia
Dpto. Comercial Vinófilos

Viñarda Blanco

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Viñarda Blanco Ecológico

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Viñarda Vijariego 2021

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Viñarda Tinto Varietal 2021

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Viñarda Tinto Ecologico 2021

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Viñarda Ancestral Mulato

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Viñarda Tinto 2022

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Viñarda Vino de Tea

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Viñarda Rosado

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