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Baco y Cupido se unen para para celebrar el 14 de febrero de la mejor manera posible. Con una cena romántica, velas… y descorchando ese vino especial que habitualmente no sueles beber. Los entendidos del vino descorchamos vinos con cualquier excusa y no nos ponemos de acuerdo con Cupido para abrir la botella solo en ese día tan especial para muchos enamorados. Cualquier vino que seleccionemos para ese día será perfecto o casi perfecto. El vino aumenta la temperatura y nos hace ser más seductores, la mirada brilla, es vasodilatador y mejora la llegada de la sangre a todas las partes del cuerpo. Sí es cierto que hay vinos que representan un plus en romanticismo, como pueden ser los espumosos, entre ellos podemos optar por cava o champagne, dependerá del bolsillo.
 
Los espumosos tienen ese carbónico de manera natural que siempre cuando lo estás  disfrutando te da la sensación de celebrar algo, te hace sentir feliz. Este tipo de vino marida con casi todo, pero dependerá del menú elegir uno u otro porque no se parecen demasiado aunque le puedas encontrar ciertas similitudes. Para esa noche mi recomendación es cenar ligerito. Si optamos por ahumados, ensaladas alguna pasta o verduras preferiblemente debemos elegir algún vino espumoso ligero y fresco, con poca crianza y si encontrásemos algún rosado sería ideal, en este caso mi recomendación es, De Nit Rosé, de bodegas Raventos I Blanc.
 
Si por el contrario, nuestro menú es un asado, algún pescado al horno o cualquier comida contundente, la elección sin duda es algún cava con más cuerpo como puede ser de la bodega Recaredo o maridar con algún champagne de Vigneron. Como dije antes, dependerá del bolsillo y lo que nos estemos jugando esa noche. Hay otras opciones si el espumoso no seduce, los colores que representan ese día van desde el rosa claro al intenso llegando al morado. En ese abanico encontramos los rosados, que harán un buen equilibrio visual en esa mesa especial. En España y en Canarias podemos encontrar rosados de calidad, como puede ser el caso del “Rosado de Lágrima”, elaborado en Navarra por la familia de Bodegas Ochoa.

Para terminar y bebas lo que bebas, hay algo que al final no puede faltar y es un buen vino dulce. Un postre multiplicará su sabor si lo acompañamos de estos grandes vinos tan sugerentes, que nos darán mucho juego al finalizar la comida. Para aquellos a los que les empalagan los dulces intensos, también existe la opción de un espumoso goloso pero sin excesos, una opción más ligera y de baja graduación, como puede ser Tarima Sparkling de Alicante, elaborado por Bodegas Volver.

¡Feliz San Valentin!