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La riojana Loreto Pancorbo y el tinerfeño Gabriel Morales llevan dedicándose al mundo de la enología y la viticultura muchos años. Hasta hace poco, trabajando para otras bodegas. Pero siempre con la ilusión en el horizonte de montar su proyecto familiar. Hoy este “tándem” ha puesto en marcha su propia marca Tierra Fundida, bajo la que elaboran vinos muy personales, cargados de verdad. “Nativos y honestos”. Con una viticultura sostenible y respetuosa con el entorno y un trabajo en bodega totalmente artesano.

La pequeña bodega de Tierra Fundida

Elaboran todo con uva propia. Tienen un vino tinto bajo la DO Tacoronte-Acentejo y el resto sin indicación geográfica concreta para poder ir por libre, embotellando vinos parcelarios de diversas zonas que son, y seguirán siendo, fiel reflejo de cada una de ellas. Son inquietos hasta para las crianzas, que a veces combinan. Tanto el acero, como el roble, y también las tinajas de barro y las damajuanas. Diferentes texturas, recipientes y diversos niveles de oxigenación.

Los vinos de esta familia tienen una proyección brutal, un futuro prometedor. Están tan cargados de tradición como de personalidad. Un carácter que les permitirá sin duda entrar en cartas y catálogos que son tendencia absoluta a nivel nacional e internacional. Es un proyecto joven y hay que darle tiempo. Pero estamos absolutamente convencidos de que pronto llegará “su momento”. Disfruta de sus vinos ahora que son todavía más accesibles, aunque siempre limitados… ¡Hemos avisado!

Pero mejor que lo cuenten ellos… Dale al play.

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